Autosaboteo
Posted on March 30, 2015 by Humberto Acuna, One of Thousands of Life Coaches on Noomii.
Hay veces en la vida que aún teniendo todo lo que necesitamos para llegar a la meta y además llegar con éxito, simplemente no lo hacemos.
Hay veces en la vida que aún teniendo todo lo que necesitamos para llegar a la meta y además llegar con éxito, simplemente no lo hacemos. ¿Miedo? ¿Voces internas que nos vencen?. Recuerdo hace unos 20 años atrás en una convención de líderes CATIVEN, había que hacer una ponencia, o me paraba yo o se paraba otro colega; dejé que el otro colega se parara y yo no lo hice. En ese momento la Sra. Luchana de Torres, me dijo: “Humberto ¿Qué te paso? ¿Por qué no te paraste tu, si sabes que lo pudiste hacer hecho muy bien?”. Después añadió: “Has perdido una excelente oportunidad”. Aún recuerdo esas palabras y hoy me puedo dar cuenta que en ese momento yo estaba en modo AUTOSABOTEO.
Tengo tiempo pensando en escribir acerca de este tema y no encontraba la forma de comenzar. Quizás yo también me estaba autosaboteando y no lo estaba mirando, así que empecé a listar las cosas que me autosabotean. Se las enumero a continuación:
1.) Falta de foco: No estar enfocado, no tener claro que quiero hacer. Sin saber a donde voy, entonces no llego. Cuando no estoy enfocado y empiezo la tarea, entonces todo es como más largo. Cualquier interrupción es válida. Una llamada telefónica que entra o una mosca que vuela frente al monitor. ¡Ojo! No estoy diciendo que siempre vamos a tener claro como va a terminar lo que estamos comenzando. ¡No!. Yo aún en este momento, no tengo muy claro como va terminar el artículo, pero sí me concentré y dije: “Hoy necesito terminar esto”. Entonces apagué mi teléfono, preparé mi ambiente para escribir y empecé. Sé que voy a escribir acerca de las cosas que hacen que me sabotee. Sé que es hoy y sé que tengo libres un par de horas para escribir el artículo. Nada me saca de la meta.
2.) Creer que puedo hacer las cosas yo solo: Es una incompetencia genérica que trabajamos en el coaching. Yo lo he trabajado y forma parte de mi estructura de coherencia. Yo puedo solo y no necesito ayuda de nadie. Ciertamente hay cosas que podemos hacer solos, pero hay cosas que definitivamente no, y cuando lo intentamos solos es casi seguro que no nos salgan, y si lo logramos, debemos preguntarnos ¿A qué precio?. El hecho de no pedir ayuda, posiblemente tiene que ver con nuestra arrogancia, orgullo y es una manera de protegernos, de defendernos, de no sentirnos vulnerables. En mi caso particular creo que lo aprendí por dos vías: La primera es que mi mama murió cuando yo tenía 5 años. Por esa razón yo mismo inconscientemente, me convencí y me justifiqué que es mejor estar solo y hacerlo todo tu, ya que si dependes de otros, puede resultar en que luego te abandonan y eso duele mucho. (¡Ojo! Es la historia que yo mismo me contaba). La segunda: La mujer más importante en mi vida de niño, mi abuela Victoria; me decía a diario: “Ud. no va a depender de nadie, así que aprenda de todo”, razón por la cual a los 8 años, yo sabía lavar, planchar, cosía, cocinaba, limpiaba, etc. Sé que mi abuela lo hizo con todo el amor del mundo y con la mejor de las intenciones, previendo que en algún momento ella tampoco estuviese. Esa voz aún la escucho, y cuando la escucho, la honro y le digo: “Abuela, ¡Gracias!”. Esa voz me ayudó y me ayuda muchísimo, pero en este momento no me sirve. Al tener eso claro, entiendes porqué es difícil pedir ayuda, pero es algo que trabajas para mejorarlo. Hoy en día, ya soy capaz de entender que no puedo hacerlo todo yo solo y que puedo pedir ayuda. Entonces puedo por ejemplo, pedir a otra de las mujeres más importantes de mi vida: Mi esposa, Sara, que me ayude a revisar el artículo de manera que esté bien escrito para que no tenga errores y tenga sentido.
3.) ¿Qué van a pensar lo otros? ¿Cómo siento que me miran los demás?: No exponerme, no poder mostrarme tal cual soy, con mi luz y mi sombra. Me asalta la duda y digo: “¡Que va!. En mi caso particular yo empecé a correr hace 8 años. Entiendo que mi condición física actual, no me ayuda para hacer un maratón en menos de 4:00 horas, no me da. Tengo buenas piernas pero pésima capacidad aeróbica. Llego a donde sea, no me canso, pero eso si, a mi paso. ¿Puedo vivir con ello? Al principio me lo pensaba y decía: “¿Y si ven que no hago el maratón en menos de 3 horas como todos ellos?. Dios…. ¡Que papelón!”, pero al final salí y dije: “¡Que me importa! Yo igual lo voy a disfrutar”, así que hoy corro con tranquilidad y lo disfruto. Reconozco que aún me cuesta aceptar la invitación de Marcos. El es un amigo que corre “Ironman ” y eso lo respeto. En estos días coincidimos y me acompaño durante 4 k. Traté de igualar su ritmo, pero ¡Que va!. Al final se despidió y me dijo: “Sigue, que te siento estás muy bien”.
4.) Luchar contra la marea: La Dra. Lombardi (mi psiquiatra), un día me dijo: “¿Ud. no se cansa de luchar contra la marea?”, y me quedé congelado. A veces me encuentro luchando yo solo, tratando de cambiar cosas que sencillamente no están a mi alcance. Simplemente no me paro. Y entonces me pregunto: ¿Epale Humberto esto lo puedes cambiar? ¿Realmente está a tu alcance? ¿Es tu responsabilidad?, como me diría Giovanna, mi socia, “Allí es donde la luz de la perseverancia se convierte en la sombra de la terquedad”. Cuando estamos permanentemente nadando en contra de la marea, gastamos demasiada energía vital, energía que podemos utilizar para otras cosas. En este momento cabe hacernos la siguiente pregunta: ¿Realmente esto se puede cambiar? ¿O no?. No se trata de no intentarlo, se trata de poder reconocer cuando estamos simplemente estancados, porque la contracorriente no nos deja avanzar. Con el tiempo he aprendido, que el darme cuenta que no lo puedo cambiar, duele e incomoda; pero reconocerlo, soltar y nadar a favor de la marea también puede ser gratificante. ¿Cómo lo hago?. Pues me pregunto: ¿Qué tengo que aprender de esta situación? Entonces me sumerjo y fluyo.
5.) Arrogancia, estar confiado: El otro extremo de el control total. Me pasó al comenzar el entrenamiento para el maratón de 42 kilómetros de la Corporación Andina de Fomento (CAF). En mi arrogancia de que todo lo sé y de que no necesito de nada ni nadie y que además YO LO HAGO Y LO HAGO BIEN, tenía tiempo corriendo solo entre 5 y 8 kilómetros, así que un día de repente arranqué a correr 21Kilómetros. Ese día ni siquiera agua llevé, como tampoco teléfono. Al final ¿Para qué? Yo estoy súper entrenado y soy medio Súperman. ¡Que ingenuo!. En el kilómetro 18 estaba literalmente descompensado. Llegué a ver doble y cada paso que daba era como eterno. Gracias a Dios pude llegar a un kiosco de periódicos y pedir un gatorade. Si antes de correr me hubiese detenido un minuto y me hubiese preguntado: ¿Qué necesito para correr 21K? ¿Estoy listo para 21Km?, entonces el resultado de ese día hubiese sido otro. Quizás los hubiese hecho igual, pero consciente de mi falta de entrenamiento y de logística. Hubiese hecho cosas diferentes, hubiese llevado otro paso, hubiese llevado la correa con las botellitas de agua, etc.
6.) Falta de confianza en ti mismo: Hay una vocecita que sale de repente y te dice, ¿Y tu puedes? ¿Tu de verdad crees que lo vas a poder? Además la vocecita va y te dice: “Con esos grandes ligas que tienes en frente, ¿Vas a poder?, ¿Y si fallas? ¿Y si te equivocas?, etc. El problema con la vocecita es que si le damos espacio, entonces inventa e inventa y seguirá inventando cosas. Poco a poco entonces en tu cuerpo empiezan a pasar cosas como por ejemplo: Se te acelera el corazón, te sale un nudo en el estomago o en la garganta, sudas, y junto a tu cuerpo empieza tu lenguaje (conversación privada) ¿Y si realmente no puedo? ¿Y si me equivoco? ¿Y si no les gusta?. Y entonces vas y pones la excusa: ¡No Puedo!, ¡No voy! o ¡No es para mi!. Esto es tan complejo, que conozco personas que lo hacen justo antes de que den la partida, justo antes de salir al escenario y eso nos hace más daño aun, por la culpa y autoflagelación que nos damos después. Es como un gran círculo vicioso. En mi caso particular una vez que estoy allí, la voz me asalta y ciertamente me ha hecho fallar, pero no me he retirado. ¿Qué he aprendido? Cuando esa voz me sale, hago algunas cosas como por ejemplo: respiro profundamente, respiro y lleno mi estomago de aire y suelto. No hay nada que nos tranquilice más que conectar con la respiración. Luego cambio las voces y me pregunto cosas como por ejemplo: ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Al azar?. Ellos creen que puedes, ¿Por que tu no crees en ti? ¿Qué ven ellos en ti que tu no estas mirando?. Las respuestas van llegando poco a poco y allí mágicamente, suelto, me relajo y fluyo.
7.) Culpa. Yo lo tengo y ellos no. No me lo merezco: En lo personal me costó entender esto en mí, porque tuve una época de mi vida en la que no avanzaba mas allá de lo que podía, ya que sentía que no me lo merecía. Que yo iba a tener más que los demás y que no era justo. Entonces me paraba, como en las películas en las que el héroe va ganando la carrera y de repente frena para que el feo o el nerd gane. Igual me pasaba a mi. ¿Cómo puedo yo avanzar si los seres a los que les juré lealtad no lo hacen?. Solo hay una respuesta. Quedándome con ellos y diciendo: “Yo no me merezco esto”. En mi historia personal esto tiene que ver un poco con un aspecto de mi: “Me olvide de mi y pase muchos años viviendo para los demás”, Si vivo para los demás y no para mi, como el héroe, ¿Qué estamos haciendo?. Nada. Hoy entiendo que si vivo para mi y hago las cosas pensando en mi bienestar, los que están a mi alrededor, se beneficiarán, de que yo esté mejor y feliz. Se beneficiaran porque de alguna manera podrán ver en mi, que las cosas se pueden hacer y que podemos pintar la vida de el color que nosotros queremos.
8.) Si lo vas hacer, hazlo con amor: Este concepto quizás es el mas abstracto de los que voy a explicar, pero ha sido mi ley de vida. Si lo hago, le pongo pasión. Me conecto con lo que estoy haciendo. Antes lo confundía con perfección y no es eso. Es hacerlo y saber que pusiste todo lo que tenías para poner. No te guardaste nada, simplemente lo hiciste. Eso me hace feliz, porque desde el amor estoy haciendo que las cosas pasen. Cuando lo haces así, mágicamente todo fluye y todo sale. Obligado nada. Si estoy obligado por un tema de disciplina, entonces busco la motivación. Por ejemplo: Pararse un sábado a las 5:00 am para correr 30 Kms. para entrenar, no lo hacemos por amor. Realmente es complejo, pero me voy más allá y busco la motivación y al encontrarla doy el primer paso y luego con cada paso que doy, me conecto con lo que me gusta de correr. Lo mismo pasa con el coaching. A veces salir a una sesión desde mi casa sabiendo de las colas que voy a encontrar, el tráfico, etc. No es fácil, pero me conecto con lo que me gusta de hacer coaching, como por ejemplo: “Hoy voy a aprender algo de este coachee y sé que hoy le ayudaré en algo importante en su vida”, así que al llegar mi estado de ánimo es otro.
Cada uno de nosotros tenemos nuestros aspectos positivos y negativos. Cada uno tendrá aspectos muy particulares que no les ayudan a crecer, a avanzar. Sus propias historias que los hacen sabotearse el camino hacia su felicidad y hacia el diseño de su vida. Estos son los míos. Los comparto y espero que puedan ayudarte en algo. Al final, el focalizarme me ayudó a buscar el momento para hacer este artículo, revisar mis apuntes de las veces que me han hecho coaching, me ayudó a entender que solo no llego a escribir esto. Necesité de otros que me mostraran mis sombras, además ahora le pediré a Sara que me lo revise. Así que no puedo solo. La voz de mi abuela Victoria la honro, pero ahora no me sirve de mucho. ¿Qué van a pensar los que lean esto? Pues, ¡Ni idea!. Espero que sus pensamientos sean positivos y que puedan aprender algo de esto. Yo necesitaba buscar el tiempo. Mi compromiso conmigo mismo es un artículo al mes. De nada me sirve ponerme a inventar cosas como: “No hay tiempo”, o “No estoy inspirado”. Así que revisé apuntes, revisé algunas notas que hice hace algunos meses atrás cuando leí “Autoboicot. De Bernardo Stamateas. Editorial Planeta”. Sé que hay personas que saben mucho más de esto que yo, pero este es mi aporte y sé que hay personas que lo aprecian y que hoy tengo las herramientas para confiar en que lo que escribo, ayuda a otros y me ayuda a mi, así que tengo plena confianza en que este artículo va llegarle a las personas que tiene que llegarles y que lo estoy haciendo basado en mis herramientas, experiencia y conocimiento. Además hay personas que cuando me atraso en el artículo me escriben: “¿Y entonces?”. Personalmente me gusta escribir. Me encanta. Me permite expresarme pensando en mi, sin pensar mucho en los demás. Cuando escribo, estoy consciente de mi. No vivo para los demás, y lo hago con mucho amor y con mucha pasión. Una vez que comienzo, no paro hasta terminar. ¡Me inspiro!. Definitivamente lo hago así, con amor.
Si yo no hubiera estado consciente de mis COMPETENCIAS para sabotearme, entonces me hubiera contado otras historias y este artículo nunca hubiese existido.