La idealización inconsciente
Posted on January 19, 2025 by Melinda Sánchez, One of Thousands of Life Coaches on Noomii.
Cada día nos enfrentamos a imágenes idealizadas de vidas perfectas que alimentan comparaciones inconscientes y generan insatisfacción.
Al abrir los ojos cada mañana, nos sumergimos en un océano de imágenes y publicaciones que nos muestran un desfile interminable de perfección: ropa de ensueño, coches lujosos, viajes espectaculares, cuerpos impecables, relaciones idílicas y éxitos profesionales que parecen inalcanzables. De manera casi mágica, los anuncios de aquello que tanto deseas empiezan a aparecer, mostrándote personas que ya lo han logrado. Sin que te des cuenta, comienzas a compararte y a idealizar lo que no tienes, porque una y otra vez te repiten que “eso” es lo que te traerá la felicidad.
Lo hacemos sin ser conscientes de ello, dejando que nuestro inconsciente construya una narrativa falsa de lo que debería ser la «vida ideal». Pero, ¿qué impacto tiene esta idealización constante en nuestro bienestar emocional? ¿Cómo afecta nuestra satisfacción personal?
Cada día, recibimos un torrente de imágenes, anuncios, reels, y stories que refuerzan una comparación automática y casi invisible. Poco a poco, esto puede generar una sensación de insatisfacción, que en muchos casos se agrava hasta convertirse en vacío, inseguridad, ansiedad y otras emociones negativas.
Es cierto que el marketing y la publicidad siempre han existido, pero hoy, nuestra exposición a estos estímulos ha crecido de forma desmesurada. Agradecer lo que tenemos se vuelve un acto secundario, mientras la insatisfacción por lo que creemos que nos falta toma protagonismo. De repente, el trabajo que solías disfrutar te aburre, tu casa te parece pequeña, y el coche que con tanto entusiasmo compraste ya no te gusta. Finalmente, te encuentras diciendo: «No sé qué me pasa, pero siento que mi vida no me llena».
Entonces, ¿qué crees que necesitas para ser feliz?
Al final del día, lo que más deseamos es sentirnos en paz, contentos y en armonía con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Cuando hago esta pregunta a mis clientes, la mayoría responde lo mismo: sentirse bien consigo mismos. Esa felicidad nace del interior, no de lo externo. Claro, comprarse un coche nuevo puede ser motivo de alegría, ¿por qué no? Pero el problema surge cuando te sientes mal por no poder adquirir el mismo modelo que tiene otra persona, desencadenando un diálogo interno de escasez y frustración.
Ese diálogo interno es lo que día a día alimenta tu descontento. Te enfocas en lo negativo de forma automática, y como he dicho en varias ocasiones, cuanto más refuerzas un pensamiento —incluso inconsciente—, más fuerza cobra en tu mente.
La insatisfacción y el vacío que genera la idealización no provienen de los demás, sino de nuestra percepción distorsionada de la realidad. Aquí te dejo algunas claves para reflexionar:
Pregúntate: ¿Cómo está mi estado de ánimo últimamente? ¿Qué en mi entorno me hace sentir que no soy suficiente o que debería ser mejor?
Analiza a quién sigues en redes sociales: Aquello o aquellos a quienes sigues revela mucho sobre tus ideales inconscientes. Reconócelos y racionalízalos. Recuerda, lo que ves es solo una versión seleccionada de la vida de los demás. Todos, sin excepción, tienen dificultades aunque no las muestren.
Agradece cada día: Reconoce lo que ya has logrado, las pequeñas cosas, los momentos de alegría y positividad. Practicar la gratitud fortalece tu capacidad de predisponerte a lo positivo en lugar de centrarte en lo que te falta.
Regula tu exposición a impactos externos: Sé consciente de cuánto te expones a esos estímulos y tómate momentos regulares para desconectar.
Recuerda: el autoconocimiento y el crecimiento personal son pilares esenciales para alcanzar una vida plena. Reflexionar sobre los aspectos externos que más nos influyen nos permite identificar esas comparaciones que nos llenan de vacío, frustración o enfado. Cuando centramos nuestra atención en nuestro bienestar interno, damos el primer paso hacia una vida más plena y en paz.