Indignación
Posted on October 12, 2018 by Andrea Lawson Jaramillo, One of Thousands of Life Coaches on Noomii.
Quién determina mi etnicidad? Es algo que siento y vivo? O es algo que otros nombran de acuerdo a mi color de piel, religión, idioma o pasaporte?
Estoy indignada. Me acaba de suceder lo que me sucede varias veces al año. Cuando alguien “descubre” que uno de mis padres es extranjero me dicen que tengo un leve acento. Los que no conocen mi historia no escuchan mi “supuesto” acento extranjero, ni en inglés, ni en español.
¿Por qué me molesta tanto? NO SÉ. ¿Será que me recuerda que los demás me ven como foráneo? Un bicho que no logran clasificar.
En Estados Unidos, me tildan de gringa. Siempre asumen que soy de algún Estado del que no conocen a muchas personas. Tengo el inglés de expatriado. Un acento neutral, que no se identifica con ninguna zona en particular de Estados Unidos pero no dudan que soy gringa.
Sin embargo, aunque les haga sentido que soy americana, desconocen mi cultura, mi etnicidad. No me creen que soy latina. Ni siquiera los latinos lo creen. Hacen comentarios inapropiados sobre mi apariencia en frente mío asumiendo que no hablo español y no les voy a entender ¿Quién decidió que los latinos somos todos parecidos y que no podemos ser tan blancos, ni de ojos azules y pecosos? Es más, el señor del Social Security office no me dejó marcar “hispanic” en el formulario cuando fui a cambiarme mi apellido para adoptar el de mi esposo. Insistió que yo era “white”. Si no hubiera estado de afán y con ocho meses de embarazo hubiera llamado al supervisor. Me hubiera encantando entender su definición de hispano y verlo explicarle a su jefe que el sabe más sobre mi etnicidad que yo.
Por otro lado, en Colombia me tildan automáticamente de gringa. No importa que me ponga, cuan “cachaco” hable, cuantos dichos y referencias culturales use, cuan oscuro me tiña el pelo, me siguen tildando de extranjera. Cuando salgo a bailar, el comentario es de sorpresa: “Pero si sabe bailar..”. Cuando me preguntan de donde soy y decido dar la respuesta corta de: colombiana, me cuestionan y dicen: “Hubiera pensado que era irlandesa”. En ese momento entro en el dilema: ¿Les admito que tengo sangre irlandesa o me lo callo? A veces siento que es deshonesto no clarificarles y otros días me indigno y me digo a mi misma que no tengo por que dar explicaciones.
¿De dónde viene ese deseo de encajar? Con todo lo que he descubierto sobre los Niños de la Tercer a Cultura puedo contestar la pregunta desde el punto de vista teórico y me hace sentido. Mi propia búsqueda de identidad me llevó a aceptar que soy distinta. No soy ni de aquí ni di allá. Encajo con los que se parecen a mi: otros que crecieron como NTC’s, expatriados y personas que han vivido en otros países. Sin embargo me doy cuenta que por lo menos una vez al día me pregunto si los que no me conocen me perciben como que encajo o si me están percibiendo como extranjera. Trato de disimular que todavía me importa.